Atrás de los muros construidos y de las miradas vendadas. Atrás de todo el miedo, adelante del terror, entre la soledad, bajo la derrota. Ahí, escondidos entre tanta oscuridad, siempre hay un cuenta cuentos.
Esa persona, que con palabras, miradas, sonrisas y muecas, hace que nuestro mundo se eleve y deje de parecer pesado. Que entre tanta congestión, hace parecer todo tan liviano.
¿Todos tenemos alguien destinado? Es algo que no podría decirse a ciencia cierta, pero quizás, no se le da la oportunidad de encontrarlo por el miedo a salir del mundo.
¿Corremos?
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